...zapatillitas verdes.

Son las nueve y cincuenta y tres de la mañana.

Me desperté muy bien... consciente de que hoy tenía un parcial de Documental, y no voy porque la puta resaca... ¿a dónde irá mi mundo?

Me acompañan los mismos que acompañan a Penny cuando se siente sola y los va a buscar a la Record Store, y me acabo de dar cuenta de lo ciertas que son sus palabras, y como tengo un poder, gracias a Zeus, de imaginación muy grande me vino a la mente la imagen de un nene chiquito, de unos 4 años, con la cabeza llena de rulos negros, y la carita redonda, la boca rojo brutal, como no podía ser de otra manera, y unos ojitos miel hermosos, sentadito en el cordón de una vereda montevideana me mira, y me sonríe. Una pequeña camisetita dice en su pecho un garabato sucio de chocolate negro y un "led zeppelin", jeans miniatura y unas zapatillitas verdes como las de mamá. Por esas cuestiones de la magia de mi cabeza de cine, una canción empieza a sonar mientras me hace señas que me acerque a las rocas para poder ver el agua con todo el fondo de Montevideo y "la espuma que parecen nubes", ahora no estamos más en la vereda, así que con "going to california" de fondo le agarro la manito y nos sentamos con las piernas colgando a ver como el agua rompe en las rocas, mientras le acaricio el pelo me pregunta por "papá" y le digo que "allá esta", sacándole fotos al horizonte, de jeans como los de Camilo y zapatillas púrpuras, con su cámara vieja mira por ese agujero negro buscando la luz que solo la oscuridad nos da. Nos saluda de lejos con una sonrisa en la cara, tan grande que ilumina todo, me tira un beso y otro a Camilo.
Le cuento a Camilo de cuando era chiquitito y hacía ademanes de guitarra eléctrica, y como papá le sacó tantas fotos que no entran en casa.

Este es mi primer recuerdo de lo que será.